Súplica


Súplica

No me dejes aquí:
con estos besos secándose en mis labios,
con estas caricias enredadas en mis manos
buscando tu piel.
No me dejes:
sin el refugio de tu mirada,
sin el cálido abrazo de tu voz,
para tocarte solo con el pensamiento
que no es lo mismo amor.
Quédate, y amémonos sin prisas,
que tengo una luna colgada en mi habitación
para que nos amanezca nunca.
Quédate
y arranquémosle a besos
las alas al amor.

Marcos E. Cabrera